Ayako se frota las nalgas con mirada egoísta.En el ascensor, soporta pacientemente que las manos de Gaku sigan siendo manoseadas a su antojo.Metiendo sus manos por los huecos de su uniforme, siendo frotada, manoseada y desplumada. Rie, que odia a los hombres y a la que se le demuestra la tontería de su amante Honami, oculta que su cuerpo empieza a estar hambriento de una estimulación que no es lo suficientemente húmeda Cuanto más dices que no, más se te mete el hombre en el cuerpo y más sucia estás. Manabu, que descubre los planes de Maya, toma todo en sus manos y se dirige a nuevas purgas...